La proximidad del 9-N, fecha en la que está prevista la consulta convocada por la Generalitat, ha acelerado las reuniones de los empresarios catalanes. Las patronales han tomado la iniciativa para desbloquear un problema que estaba enquistado y buscar una solución que contente a las partes. Es decir, una Cataluña con derechos históricamente reconocidos, pero dentro de una España sin fisuras. El apoyo a esta tercera vía es unánime. Desde el Círculo de Economía a Fomento del Trabajo, pasando por CEOE, Pymec o la Cámara de Comercio, sus representantes exigen un cambio de la Constitución, tal y como propone el plan Miñón. La sensatez de los empresarios salvaría a Mas y permitiría una salida pactada, pero dentro de la legalidad.
