Cada vez que se descubre un escándalo público de falseamiento de datos se plantea la cuestión de quién tiene la responsabilidad última de la estafa. De quién da el visto bueno a operaciones que mueven miles de millones en un mercado como el MAB que, ahora se sabe, era poco transparente. La crisis de Gowex ha sacado a la palestra un sinfín de organismos que van desde el banco colocador al asesor registrado, pasando por el auditor o la CNMV. Lo que más sorprende es que no se haya hablado del propietario de este mercado alternativo, Bolsas y Mercados Españoles, que se ha mantenido en un discreto segundo lugar.
Tanto, que después de casi dos semanas desde que se desatara la crisis, su presidente, Antonio J. Zoido, no haya lanzado ningún mensaje tranquilizador. También resulta curioso que el MAB se blinde ante posibles irregularidades. Y lo hace en su decálogo de obligaciones en el que dice que el MAB ni aprueba ni comprueba ni verifica la información aportada por las firmas. Entonces, ¿cuál era el papel BME?
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha pedido a BME que remita toda la información relativa a la salida a bolsa de Gowex. Pedraz solicita las revisiones de seguimiento que ha realizado sobre la empresa de wifi desde que ésta elaboró el folleto de colocación. El juez hace bien en apuntar al BME. Una crisis como ésta, el segundo mayor escándalo de la bolsa tras Pescanova, no puede quedar impune. Hay que investigar lo ocurrido porque está en juego el futuro del MAB, un mercado de financiación necesario para las pymes. El MAB o el BME tienen todavía que dar muchas explicaciones e incluso exigir dimisiones si hiciera falta. No vale mirar a otra parte.