El Banco de Portugal llama a las puertas del Santander. La crisis del BES ha puesto a la entidad al borde del rescate. Necesita con urgencia ampliar capital y como dijo el gobernador del órgano supervisor, Carlos Costa, "con o tres o cuatro socios" sería suficiente para salvar a la entidad, en serios problemas derivados de las dificultades financieras de su principal accionista, la familia Espírito Santo. Y uno de esos nuevos socios puede ser el Santander. La operación, a priori, no parece descabellada. Portugal es un mercado que gusta al Santander, que se le da bien y en el que ha ido ganando prestigio de la mano de Santander Totta.
En un mal año, como 2013, la filial ha sido la más competitiva del mercado con un beneficio neto de 114 millones. El Santander quiere aprovechar la reestructuración en el país para hacer crecer la filial. De hecho, Botín estaría en negociaciones con BBVA y Barclays. El banco quiere pujar por sus negocios y apuntalar así su segmento de clientes premium y banca privada. La oportunidad interesa a Botín, ya que el BES está hoy muy barato. Las acciones del maltrecho banco llegaron a derrumbarse un 20% y su capitalización bursátil se ha desplomado a la mitad. No obstante, el Santander debe ser prudente. Hay preocupación más que justificada de que el BES pueda tener más exposición a la familia Espírito Santo y una reestructuración caótica podría retrasar su capitalización. Además el negocio de Angola tampoco está funcionando. Riesgos que el Santander tendrá que sopesar antes de dar el paso.
