Sentimiento de decepción en el mundo del cine. El anteproyecto de ley de la reforma fiscal presentado por Montoro no gusta al sector, que esperaba un mejor trato para revitalizar la industria. Los empresarios contaban con que el Gobierno elevaría al 30% las desgravaciones fiscales a la producción cinematográfica, que finalmente se ha quedado en un 20% sólo para el primer millón de euros.
Calificar de "dañinas" estas medidas es no querer ver la realidad de un sector que no ha sabido superar la crisis. Falla el modelo de finaciación, que se sustenta básicamente en subvenciones, y un plan de modernización que le permita crear productos de calidad y éxito de taquilla sin contar con dinero público.