El BCE pondrá en circulación hasta un billón de euros para que los bancos den crédito a las pymes. Una cantidad igual a la primera ronda de préstamos a largo plazo condicionados de 2011 y equivalente a toda la riqueza que produce España. La disposición es buena, pero que el dinero fluya hasta las pymes e impulse el crecimiento económico en la eurozona no depende solo de Draghi.
Falta que haya también voluntad de conceder préstamos por parte de los bancos y de que haya una demanda solvente. Pero es muy difícil encontrarla en las pymes del sur de la eurozona, que son precisamente quienes más necesitan el crédito. No depende de la cantidad que Draghi ponga sobre la mesa, sino de que se den las condiciones para usarla.