Bruselas inicia el periodo de fusiones de telecos en Europa. La aprobación de las autoridades de competencia comunitaria de la compra de E-Plus por Telefónica, así como la de Ono por Vodafone, dibuja un nuevo escenario con menos jugadores, pero más fuertes y competitivos. La decisión de Bruselas puede acelerar el proceso de consolidación del sector en Europa y reducir de cuatro a tres el número de operadores móviles en cada país y de entre cuatro y seis las grandes operadoras intercontinentales.
Se trata de una vieja reivindicación de las operadoras, que llevan pidiendo que se acelere la consolidación para ganar tamaño y acudir a los mercados con unas condiciones más favorables. El sector ha criticado en numerosas ocasiones la estructura del mercado establecido por la regulación en Europa, un negocio excesivamente fragmentado frente a EEUU, Japón o China, que ha provocado una continuada caída de ingresos por parte de las telecos.
La operación de Telefónica la convierte en el nuevo líder de las telecomunicaciones móviles en el país germano y se asegura unos ingresos recurrentes, aunque obliga a Alierta a vender hasta un 30% de la red alemana. Además, supone un paso adelante en la armonización de la regulación europea (frente a los 27 marcos regulatorios que hay ahora).
La competencia es feroz, ya que al tratarse de un mercado tan maduro el único método para crecer es robar clientes a los rivales, lo que obliga a bajar precios. Un escenario que favorece al consumidor, que ya ha visto cómo desde 2005 el precio de la telefonía móvil ha descendido a la mitad. Habrá que estar atentos al sector. La fiebre de las fusiones y adquisiciones sólo ha empezado.