Desde hoy, unos 15 millones de hogares acogidos a la tarifa regulada de energía eléctrica (y otros 9 millones del mercado libre que lo tienen referenciado) tendrán que acostumbrarse a que el precio que pagan por la luz fluctúe diariamente, en función del mercado mayorista. Esto supone que los usuarios no sepan de antemano el coste final.
Puede ser más barato o, como en este trimestre, un 16% más caro. No obstante, la fijación de los precios en virtud de la valoración cotidiana a la que están sometidas las eléctricas ofrecerá mayor estabilidad al mercado y supone un paso más en la liberalización del sector. Una medida que beneficia a empresas y familias, que verán compensadas las subidas con bajadas en periodos donde la luz es más barata.
