El espíritu reformista del presidente Enrique Peña Nieto gusta a las empresas españolas, porque ofrece estabilidad jurídica, ventajas fiscales y la posibilidad de inversiones atractivas. En esta línea se desarrolla el acuerdo de cooperación en infraestructuras, firmado con motivo de la visita del mandatario mexicano a España, y el anuncio de Iberdrola de invertir 3.500 millones de euros en el país azteca los próximos seis años. Las empresas españolas ofrecen su elevado nivel en energía, transporte e infraestructuras, mientras que las compañías mexicanas encuentran un momento adecuado para invertir en nuestro países en sectores maduros y tecnológicamente punteros. Un encuentro que se traduce en acuerdos económicos trascendentales y en una alianza para crecer.