El volumen de emisiones de deuda de empresas está empezando a bajar. Las 600 mayores compañías europeas emitieron 135.000 millones en lo que va de año, un 47% menos que en 2013. La razón no responde a que haya disminuido el apetito de los inversores, aunque ahora se ofertan tipos mucho más bajos. El motivo hay que buscarlo en las empresas que en los últimos ejercicios han realizado un importante esfuerzo para desapalancarse y sanear sus balances. Buena parte del trabajo está hecho y las compañías tienen más liquidez, además de disponer de más vías de financiación que en los peores años de la crisis. Las perspectivas que se están abriendo en el mercado de renta variable dan una alternativa de financiación fácil y rápida.