Editoriales

Editorial: Fallos en las infraestructuras

Fomento ha decidido poner fin a la sequía absoluta que ha habido en la inversión de señalización ferroviaria en los últimos años. Después del accidente del Alvia en la curva de Angrois en Santiago de Compostela saltaron todas las alarmas sobre sus posibles causas. A falta de las conclusiones definitivas, la mayoría de los peritos coincide en que con un adecuado sistema de señalización y seguridad ese terrible desastre se habría evitado. A raíz del accidente, Fomento puso en marcha un plan para acelerar la mejora de la señalización ferroviaria con un inversión récord de 2.030 millones.

Una actuación adecuada que, una vez más, pone de manifiesto los desafueros que se han cometido en la construcción de infraestructuras en España. Los ejemplos abundan en exceso. Obras cuyo precio de licitación se dispara por los modificados; instalaciones millonarias sin utilidad; inauguración de tramos de vía de alta velocidad que se alternan con tramos de vía convencional, o puesta en servicio apresurada (Ave Albacete-Alicante) sin contar con la señalización ERTMS, la de máxima seguridad.

Errores cuyo origen está en la anteposición de los intereses políticos a las prescripciones de los técnicos por la urgencia de cortar cintas ante la inminencia de unas elecciones. Fallos impulsados por la cultura política de derrochar en lo prescindible y hacer ajustes en lo necesario. Fomento hace bien en mejorar la señalización, igual que se necesita invertir en el mantenimiento de las carreteras. Sin ello, las infraestructuras envejecen, el dinero se pierde y lo que es peor, se producen accidentes mortales. La política de infraestructuras exige más control del gasto y justificación de las inversiones para poner coto a las veleidades políticas.

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