El presidente del Gobierno hizo ayer oficial el nombramiento de Miguel Arias Cañete como cabeza de lista del PP para las elecciones europeas. Ninguna sorpresa a pesar de la tardanza. El nombre del ministro de Agricultura se barajaba desde hacía meses y no va a provocar una profunda crisis de Gobierno. Rajoy no es dado a las innovaciones, medita los cambios largo tiempo y cuando los acomete no provocan terremotos. Para el cargo de ministro de Agricultura parece que tiene en mente a Javier Arenas. Rajoy es hombre "fiel y agradecido con quienes le han apoyado" y no olvida que el presidente del PP en Andalucía fue uno de sus principales valedores en Valencia, cuando se enfrentó a Esperanza Aguirre por el liderazgo del partido. Con este nombramiento, Arenas reforzaría su posición, continuamente atacada por Mª Dolores Cospedal, con quien mantiene una "íntima enemistad".
La atención del presidente, que no da puntada sin hilo, se centra en las elecciones y en esta clave se pueden explicar algunos de los últimos movimientos del Gobierno que afectan al ámbito económico. Por ejemplo, las presiones sobre los accionistas españoles de Deoleo para constituir un núcleo duro español y desactivar su venta, algo que parece está punto de lograrse. No hay prisa por vender, una vez que se ha reducido la deuda de la compañía a la mitad. Sin embargo, sí interesa poner la empresa en valor. La idea de Mariano Rajoy es asociar la imagen de Cañete y de Arenas con el esfuerzo por garantizar el futuro de la aceitera como un líder mundial español con fuerte presencia en Andalucía. Una jugada para obtener réditos electorales, sin hacer demasiados cambios, que es lo que detesta el presidente.
