El subgobernador del Banco de España dirigió ayer una clara advertencia a las entidades financieras para que no se relajen. A pesar de que la recuperación es evidente y se han solventado los escollos más duros, el trabajo no está concluido. Fernando Restoy pidió a las entidades financieras que no se confíen, aunque tengan el convencimiento de que van a superar las pruebas a las que a finales de año les someterá el BCE.
Las novedades regulatorias van a exigir un mayor reforzamiento de capital y para ello los bancos tienen que aumentar su solvencia. La tendencia predominante en la regulación bancaria, que sin duda va a seguir el BCE, es la de exigir más recursos propios, en detrimento pero con el mismo rigor, que la revisión, clasificación y reconocimiento del deterioro de los activos del balance. Sin duda 2014 tampoco va a ser un año fácil, aunque los bancos disfruten de un ambiente más tranquilo después del saneamiento, que les ha supuesto provisionar 300.000 millones y recibir ayudas públicas por 100.000 millones.
La tarea no ha concluido. Las entidades tienen que superar los test de estrés del supervisor europeo; aumentar su margen de rentabilidad recuperando su negocio tradicional que es prestar dinero y estar preparadas para responder a esas mayores exigencias de las que ahora les advierte el Banco de España. La única vía para no llevarse sorpresas es seguir reforzando capital. Esto va exigirles no bajar la guardia en el recorte de gastos -oficinas y empleados- y mostrarse muy cautelosas a la hora de repartir dividendo entre sus accionistas. El objetivo es mejorar la rentabilidad y la eficiencia que la mayoría de las entidades tienen pendiente tras haber concluido su saneamiento.