La reforma fiscal dará el pistoletazo de salida a una revisión del sistema impositivo del Estado, las CCAA y las Administraciones locales. Esta reforma que incidirá en el papel de los ingresos, no puede olvidar que los problemas de déficit y deuda de las Administraciones, aunque se están encauzando, no están solucionados. Es más, como admitieron ayer los consejeros de Hacienda que asistieron al encuentro organizado por elEconomista, en el que también participó el secretario de estado de AAPP, Antonio Beteta, tardarán años en resolverse.
De las lecciones aprendidas de esta crisis se concluye la necesidad de buscar herramientas que faciliten el acceso a los mercados en los tiempos difíciles, como ha sucedido, y en la bonanza. Para ello Hacienda propondrá en el nuevo sistema de financiación crear una herramienta de coordinación de la política de endeudamiento del Estado y las CCAA autónomas, para asegurar la confianza de los mercados y abaratar la financiación. Este instrumento es coherente con la postura que España en su día mantuvo en la UE sobre mutualización de la deuda de los Estados miembros. Propuesta rechazada por Angela Merkel en plena crisis de deuda soberana por temor a la reacción de su electorado y que, de momento, sigue pendiente de discusión sine die. En España, la experiencia del Fondo de Liquidez Autonómica y del plan de pago a proveedores, que han inyectado 70.000 millones en las CCAA, abonan el terreno a que con el nuevo sistema de financiación se cree un instrumento de este tipo, que no debe ser un nuevo fondo de rescate, aunque la exigencia de disciplina presupuestaria que conlleva abaratará la financiación y generará confianza en las emisiones.