Las Denominaciones de Origen del vino han perdido la batalla por el control de las marcas. Tanto la Justicia española como la europea están poniendo cerco a la práctica de los Consejos Reguladores que impiden que un mismo nombre comercial se use en distintas denominaciones. La victoria de García Carrión -que le permite vender con la misma marca las D.O. de Ribera, Rioja, Cava, Valdepeñas y Rueda- abrió el frente en los tribunales. Pero si bien es cierto que el exceso de nombres complica a las empresas salir al exterior, el Ejecutivo tiene que poner celo para mantener el prestigio de nuestros caldos y buscar una fórmula equilibrada que identifique el vino, sin que se dificulte su exportación.