El conflicto del Canal de Panamá está a punto de cerrarse. Las partes implicadas han antepuesto a sus desavenencias el interés general. El abandono de las obras hubiera conllevado pérdidas mayores para el grupo que lidera Sacyr, para Panamá, para la Marca España y para la actividad comercial internacional. El Estado español cambia el aval a Sacyr sobre terminación de obra por un aval sobre crédito para terminarla. Para que el Gobierno asuma esta opción, Sacyr aporta garantías que rebajan el riesgo por 30 millones de euros. Así contenta a Luis de Guindos y tranquiliza a Montoro, que temía que un fracaso en la negociación repercutiera en el déficit. El Canal ha aceptado la propuesta razonable del grupo español. Todos han cedido para sacar el proyecto adelante.