Los datos de Contabilidad Nacional sobre la economía española demuestran que hay que ser cautos con el optimismo. La salida de la crisis no va a ser tan fácil. En el último trimestre de 2013, el PIB aumentó un 0,2%, una décima menos de lo esperado. Sigue mejorando, aunque de forma tímida, el consumo, pero la aportación de las exportaciones al crecimiento se ha reducido en gran medida por el crecimiento de las importaciones. Esto vuelve a plantear la duda de si el buen comportamiento del sector exterior se debe a la caída de las compras internas durante la crisis o a un cambio de modelo. La reducción de la inversión en bienes de equipo evidencia la lentitud de la recuperación en algunos sectores. A pesar de una cierta mejoría, es pronto para cantar victoria.