La conexión del AVE con el aeropuerto de Barajas supondrá una inversión de 150 millones de euros. Una cuantía aceptable para una conexión que convertirá Barajas en el gran intercambiador de la alta velocidad ferroviaria. Esto es lo que pretende la Comunidad de Madrid, que encuentra en el AVE un reclamo electoral y una forma de impulsar el tráfico en Barajas.
Pero el proyecto depende de la construcción del segundo Túnel de la Risa, exclusivo para alta velocidad, que atraviesa Madrid de norte a sur para unir las estaciones de Atocha y Chamartín. Un proyecto en marcha, aunque ralentizado por la escasez de presupuesto de Fomento. El AVE a Barajas es un deseo que puede tardar más de lo que le gustaría a Ignacio González, presidente autonómico.
