Si las eólicas se llevan un varapalo importante con el recorte a las primas de las energías renovables, en la cogeneración el cambio normativo tendrá importantes repercusiones. El sector calibra el golpe en 750 millones de impacto en 2014, aunque la reducción de primas sumará en realidad los 1.200 millones por el previsible cierre masivo de azulejeras, papeleras o siderúrgicas, que dejarán de pesar en el cómputo global de incentivos.
Los cambios del año pasado provocaron el parón del 20% de la cogeneración en España por el tijeretazo de 650 millones de euros. Ahora se teme por el 80% restante porque los recortes no sólo afectan a la amortización de una inversión, sino a los costes operativos de las fábricas. La industria aprovecha la generación de calor sobrante de sus procesos de fabricación para producir electricidad. A este sistema de generación eléctrica eficiente se le llama cogeneración.
La existencia de subvenciones o primas en todas las fuentes de producción eléctrica ha mostrado sobradamente su fracaso para reducir la dependencia energética de España y para tener un precio de la luz competitivo. Se entiende que es necesario efectuar recortes en el sistema ante un déficit de tarifa insostenible, pero el ajuste debe repartirse de forma equilibrada entre las distintas tecnologías.
El recorte que se ha hecho a la cogeneración puede perjudicar la eficiencia energética y el medio ambiente y poner en peligro 15.000 puestos de trabajo directos e indirectos en un momento crítico para la economía y el empleo. El Ministerio de Industria debe reflexionar sobre los efectos secundarios de su decisión y repartir equilibradamente el esfuerzo de la reforma para evitar efectos secundarios nocivos.