El crédito a pymes se empieza mover, según muestran los datos del Banco de España en relación a los últimos meses de 2013. El repunte de un 4,6% en noviembre se aceleró hasta casi el 10% en diciembre. Esto supuso poner 12.775 millones en la economía para nuevas inversiones.
Una cifra alentadora a pesar de que todavía esté muy lejos de los cerca de 30.000 millones en créditos inferiores a un millón de antes de la crisis. La mejoría puede que no sea suficiente para enderezar el resultado anual, porque los tres primeros trimestres fueron muy duros ya que los bancos, la única fuente de financiación de las pymes , estaban ocupados en sanear balances.
El problema principal de las entidades es cómo evaluar la capacidad de pago de las pymes, que desconocen. Muchas eran clientes de las extinguidas cajas y, además, los bancos no poseen los balances estandarizados y los ratings de solvencia que utilizan para medir el riesgo en las grandes compañías.
Con el elevado nivel de morosidad y las continuas pruebas a las que está siendo sometido, el sector financiero exige un elevado nivel de solvencia para prestar su dinero. Sin embargo, como ponen de manifiesto los resultados de la banca en 2013, las entidades están obligadas en 2014 para aumentar sus márgenes a retomar su negocio tradicional, que es prestar dinero y los préstamos a pymes dejan mayor margen que los hipotecarios.
También cabe la posibilidad de que el BCE decida acelerar el crédito con medidas algo menos ortodoxas, como cobrar a los bancos por los fondos que depositan. Todos estos elementos contribuyen a acelerar el crédito a las pymes , que es la alternativa para conseguir un crecimiento fuerte y reducir el paro.