Paro, corrupción y subidas impositivas que no fueron acompañadas de un adecuado control tributario han elevado desde 2008 la economía irregular desde el 17,8% al 24,7% del PIB. Esta conclusión del informe de Gestha nos aleja de las principales economías de la Eurozona, como Francia y Alemania, y dificulta el cambio de modelo productivo y la salida de la crisis. Poco se habla, más que vaguedades, sobre el control del fraude que se centra en las minucias y no persigue por falta de medios a grandes defraudadores. Un mayor control permitiría ampliar la base de contribuyentes y facilitaría bajar tipos impositivos. Es un asunto que no se toma en serio, lo que no excusa al Gobierno de incluirlo como prioritario en la reforma fiscal.