Manuel Manrique, presidente de Sacyr, ha regresado de Panamá sin que las negociaciones por los sobrecostes y problemas de liquidez en los trabajos de la ampliación del Canal hayan progresado. Panamá insiste en esperar a lo que dictamine el arbitraje, pero la empresa española y sus socios belgas e italianos consideran que ello supone una demora excesiva, mientras les ocasiona graves problemas de financiación. Hasta la UE se ha ofrecido a mediar en el conflicto. Una intermediación enseguida rechazada por Panamá, a pesar de que conoce las implicaciones que la obra tiene para el comercio internacional y el enorme coste que supondría su paralización. Razones suficientes por las que ambas partes están condenadas a entenderse.