Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, dice que se siente maltratado. Olvida que su gestión fue nefasta para la entidad y, además, cada día se van conociendo nuevas informaciones que corroboran la posibilidad de que el expresidente pueda tener responsabilidades mucho más graves.
Desde luego se va constatando que con su estilo altanero trataba de evitar que salieran a la luz prácticas para saltarse la autorización del consejo de Caja Madrid en determinadas operaciones. Lo hizo cuando acordó fraccionar la compra del City Bank of Florida y volvió a intentarlo cuando planeó entrar en un fondo hispano-saudí. Parece que se consideraba "una trampilla" eludir la legalidad. Los nuevos datos que salen a la luz obligan a que la justicia siga investigando y juzgue qué sucedió