Si Miguel Blesa, expresidente de Cajamadrid, creía que se iba librar de pagar por su manejo de la entidad, se equivocaba. La Audiencia Nacional ha dado vía libre para que se investigue si habría podido "paliar, retrasar u ocultar" de alguna manera el deterioro de la entidad en 2008 y 2009. Para ello habría utilizado las participaciones preferentes para "captar activos y disfrazar la situación de insolvencia en que se encontraba". Es posible que la sala llame a declarar a Blesa en calidad de imputado. A pesar de sus amigos poderosos y de sus influencias, Blesa no consigue eludir la acción de la Justicia que, aunque poco a poco, abre paso a que se conozcan y castiguen los comportamientos ilícitos que originaron el hundimiento de Cajamadrid.
