Editoriales

Editorial: Pymes con la soga al cuello

La tarea de desapalancarse es un suplicio para las empresas españolas. Después de seis años de crisis, un 30% sigue ahogada en sus deudas a causa de los créditos contraídos con las entidades financieras. Las pymes españolas, que constituyen el 90% del tejido empresarial, tienen cerrado el acceso al crédito hace mucho tiempo y, además, sufren -en palabras del Banco de España- una "elevada presión financiera".

Este nivel de endeudamiento sólo se producía en el 18,1% de las compañías en los años previos a la crisis. La situación es aún más desoladora entre las compañías vinculadas al ladrillo, ya que el 42,3% tiene problemas acuciantes para digerir el pasivo que arrastran. Esta situación se produce en todas las pymes porque el resultado de su negocio no es suficiente para pagar el conjunto de gasto que conlleva su elevada deuda.

La única opción para cortar este nudo gordiano es alcanzar programas de viabilidad que incluyan una refinanciación de la deuda pendiente. Ello se debe acompañar con medidas específicas, de las que se habla desde hace tiempo pero que no llegan a concretarse, para hacer fluir el crédito a las pymes cuya única vía de financiación a diferencia de las grandes empresas es el sector financiero. Y es que estos seis años de crisis han provocado importantes daños en la economía española, que tardarán tiempo en restaurarse. El ejemplo más significativo y el problema más grave lo constituye el elevado nivel de desempleo que, según la consultora PWC tardará veinte años en bajar a tasas razonables del 10%. La principal dificultad para reducir el paro es que quienes crean empleo, es decir, las empresas, no están en condiciones de hacerlo.

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