La CEOE andaluza (CEA) resucita el fantasma de la PSV, la cooperativa de viviendas de UGT que en 1993 suspendió pagos y dejó en el aire las aportaciones de casi 20.000 personas. Veinte años después, la historia se repite con 583 familias que se han quedado sin casa y sin dinero. Y un agujero de 30 millones, incluidos los adelantos de los compradores, aún por aclarar.
La banca, como entonces, rechaza financiar a la patronal andaluza por el desfase en estas VPO. Obras sin terminar y fugas de dinero ponen en entredicho esta operación que ya investiga una juez de Sevilla. Nicolás Redondo dejó la UGT arrastrado por la PSV. Es de justicia que también es este caso se depuren responsabilidades, aunque en España el verbo dimitir no se conjuga.