Cada día que pasa salen a la luz noticias y papeles ocultos que ayudan a entender el porqué del cierre de Canal Nou. A una plantilla sobredimensionada, a su abultada deuda y una polémica gestión salpicada por las corruptelas políticas se suman ahora las conclusiones del auditor que ha elevado a 192 millones las pérdidas reales de 2012 del canal, 17,8 millones más que las declaradas por la Generalitat valenciana.
Las cuentas de Ernst & Young aclaran que la facturación de todo el año no daba para pagar ni dos meses de salarios. Además, aunque la ley lo prohíbe, su director general cobró con dietas 72.945 euros, más que el propio Fabra. Su cierre da razones para fundir a negro al presidente de la Generalitat, a quien ayudó la sentencia sobre el ERE.