Editoriales

Editorial: Temor al efecto dominó de Fagor

La que puede ser la peor noticia económica del año para el País Vasco está a punto de confirmarse. Fagor Electrodomésticos se encuentra en una situación irreversible, que conduce a la empresa a una quiebra desordenada y a su liquidación. El último intento de lograr financiación para llevar a cabo un plan de viabilidad se frustró ayer tras la negativa del consejo rector de Corporación Mondragón de inyectar los 170 millones que necesitaba Fagor para reflotarse.

Con esta decisión Mondragón trata de evitar un efecto contagio al resto de las empresas, algunas de las cuales también atraviesan problemas, como es el caso de Eroski, que acarrea una deuda de 2.500 millones y acumula pérdidas por importe de 435 millones. Va a ser difícil -esa es la mayor preocupación del Ejecutivo vasco- evitar que el tsunami de la liquidación de Fagor no afecte al resto de cooperativas, proveedores, contratas y comercios que colaboran con la firma. El cierre lleva al paro a 5.642 trabajadores en España, Francia, Polonia, Marruecos y China, de los cuales 2.000 cooperativistas se encuentran en el País Vasco.

La desconfianza por la liquidación de la compañía puede generar retirada de depósitos de Caja Laboral y pone en una situación difícil a Lagun Aro, la mutua que abona el desempleo de los cooperativistas. Dispone de 35 millones y tiene que afrontar pagos por desempleo de 200 millones. Fagor pone de relieve las debilidades del modelo Mondragón, que reúne un gran número de cooperativas sin una estrategia de grupo, ni una estructura de mando que asuma la dirección y la responsabilidad de gestión. Hay razones para temer un efecto dominó con graves consecuencias para la economía vasca.

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