Luis de Guindos aseguró ayer en Bilbao que España se encuentra "en la dirección adecuada para salir de la crisis". Ciertamente ayer confluyó la publicación de una serie de datos que indican que hay motivo para el optimismo prudente. Lo más significativo es que por primera vez desde hace 38 meses, más de lo que duró la recesión, las ventas del comercio minorista repuntaron un 2,2% el pasado mes de septiembre.
Supone un alivio, sobre todo para las tiendas pequeñas que lideran el incremento, pero hay que tomarlo con cautela. Sobre todo atendiendo a que la comparación interanual favorece un mejor resultado en 2013 -en septiembre del año pasado se produjo la subida de tres puntos de IVA que retrajo el consumo fuertemente- y a que, si se toman los datos desestacionalizados, arrojan una caída del comercio minorista del 2,5%.
Esto indica que para este sector, con un consumo que creció un 0,1% en el tercer trimestre, aun está lejos de la recuperación. La actividad comercial necesita que crezca el empleo y también bajadas de impuestos que animen el consumo. Además de un clima económico más favorable, como ya se aprecia en el sector exterior -vamos a estar cerca del equilibrio en el comercio exterior- que ejerce de motor económico. Ello influye en la recuperación de la confianza de los inversores. En los ocho primeros meses del año se ha duplicado la entrada de inversión exterior. Si también, como parece por la ejecución presupuestaria de agosto, se puede cumplir con el objetivo de déficit, estamos en la senda adecuada. Sin olvidar que el freno peor para la recuperación es la autocomplacencia, olvidar los muchos problemas por solucionar y no abordar las reformas pendientes.