La caída de Fagor puede arrastrar a la mutua de la corporación Mondragón -Lagun Aro EPSV-, que no dispone de los 200 millones necesarios para hacer frente a las prestaciones de desempleo de 1.600 cooperativistas, que posiblemente deberán abandonar la empresa. La buena noticia es que el fondo de pensiones, que se reformó en 2010, parece a salvo al ser independiente del fondo del paro. Desde Mondragón se niega que la crisis de la empresa de electrodomésticos -una de las grandes del grupo junto a Eroski, Caja Laboral y Orona- pueda tener consecuencias para el resto.
Lo cierto es que el grupo no estaba preparado para afrontar las consecuencias de una avería que amenaza de naufragio a uno de sus buques insignia. Hasta ahora Mondragón iba asumiendo los problemas que surgían en las pequeñas y medianas empresas a base de prejubilaciones y de recolocar a los trabajadores sobrantes entre los grandes del grupo. Aun así, Lagun Aro, después de conocerse los problemas de Fagor, advirtió a sus 29.531 socios de la necesidad de hacer aportaciones extraordinarias. Pero no había ningún plan, ni Lagun Aro tiene reservas -dispone de 35 millones- para una situación como la actual.
No se entiende que tras años de pérdidas en Fagor no se abordara una reducción de empleo de cooperativistas, concentrados en la plantilla en el País Vasco, o que se cerraran fábricas en el exterior que no respondían a las expectativas. Medidas duras, pero que han tenido que adoptar la mayor parte de las empresas para superar esta crisis. No haberlo hecho pone a la mutua entre la espada y la pared, sin que la Corporación esté en condiciones de inyectar más capital en Lagun Aro por el riesgo de arrastrar a las otras empresas.