Los congresistas demócratas y republicanos de EEUU decidieron, pocas horas antes de que finalizara el plazo, desactivar el arma de destrucción masiva que, en palabras de Warren Bufett, supondría no llegar a un acuerdo sobre la ampliación del techo de deuda. El presupuesto federal se prorroga hasta el 15 de enero y el techo de deuda hasta febrero, lo que permitirá reanudar las actividades administrativas suspendidas. A pesar del suspense, todos daban por descontado que se llegaría a un entendimiento. Las bolsas han mantenido la tendencia alcista sabedoras de que no se iba a dejar quebrar a la primera economía mundial. El rifirrafe deja más secuelas políticas que económicas y pone de manifiesto la división en las filas republicanas.
