"Es claro que se quiera que todas las empresas sigan en manos italianas, pero esto no es el mundo de los sueños, sino de la competencia global". Y esa competencia es española. Eran las declaraciones del secretario de Estado italiano para las Comunicaciones al conocerse que Telefónica elevará su cuota en Telco al 66%, en contra de quienes pensaban italianizar la firma. Es la primera batalla ganada. La segunda ha sido convencer a los socios locales que merece la pena quedarse y hacer frente a Slim, contando con el apoyo del Gobierno de Enrico Letta. Pero la tercera, aún no librada, es la apuesta firme de trocear y vender TIM Brasil. Alierta mataría dos pájaros de un tiro: sanearía las cuentas de la italiana y de paso haría valer la máxima de divide y vencerás.