Editoriales

Editorial: Los críticos se afianzan en Pescanova

Buena parte del futuro de la empresa gallega Pescanova se va a dilucidar la próxima semana cuando se elija un nuevo consejo de administración. Su composición determinará el rumbo que siga la empresa y las soluciones que se arbitren, para sacarla del marasmo al que le ha llevado la mala gestión de su expresidente y primer accionista. Manuel Fernández Sousa, consciente de lo que se avecinaba por sus malas prácticas, redujo su participación en Pescanova al 7,4% sin comunicarlo al Consejo ni a la CNMV y ahora maniobra para poder seguir manejando en el futuro los hilos de la pesquera a través de la elección de un consejo que le sea favorable.

Para ello está negociando la alianza con Cartesian, un fondo que posee el 5% de la compañía y tratará también de captar el voto de los accionistas minoritarios. Afortunadamente lo tiene difícil. La cervecera Damm, el fondo luxemburgués Luxempart e Iberformento (15,3% del capital), que forzaron en su día la dimisión de Sousa, hacen frente común y han conseguido el apoyo de Carolina Masaveu (3,7%). Este grupo gana apoyos cada día y tiene un candidato fuerte, Juan Manuel Urgoiti, para dirigir la empresa. Reflotarla no va a ser tarea fácil. El agujero patrimonial, la elevada deuda que habrá que renegociar con la banca y la consecuente falta de liquidez exigen tomar decisiones rápidas y difíciles, que con toda seguridad incluirán la venta de algunos activos. La ventaja es que Urgoiti, hombre de confianza de Amancio Ortega, proviene del sector financiero y lleva años asentado en Galicia, lo que favorece su margen de actuación. Características indispensables para salvar la multinacional pesquera española.

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