Los hospitales andaluces obligarán a sus médicos a prescribir sólo un fármaco para un grupo de enfermedades "similares", cuyo precio deberá ser también el más barato. Esta medida, aprobada por la Junta de Andalucía en agosto, ha suscitado las críticas de la comunidad científica que considera que se invaden las competencias médicas -al impedir que receten el fármaco que consideran más idóneo- y se atiende a criterios economicistas en detrimento de la salud de los pacientes. La Junta espera ahorrar con esta polémica medida 8 millones de euros. Es necesario recortar gasto pero por medio de la mejora de la gestión. La decisión andaluza deteriora la atención sanitaria y crea desigualdad con los pacientes del resto de España.
