Editoriales

Editorial: España debe subirse al carro

"Es una previsión muy necesaria comprender que no es posible preverlo todo". La frase del célebre filósofo suizo, Jean-Jacques Rousseau, adquirió ayer todo su sentido después de conocer los datos correspondientes al segundo trimestre del año publicados por Eurostat, según los cuales la economía de los Diecisiete creció un 0,3 por ciento, el mismo repunte que registró la UE.

Estaba previsto que Alemania, Francia, Reino Unido e incluso Portugal creciesen, pero no en la magnitud reflejada por la oficina estadística comunitaria. Las cifras confirman no solo la salida técnica de la recesión en la eurozona y la fortaleza del eje francoalemán -de nuevo motor de desarrollo europeo-, sino que desafían las previsiones de sus respectivos bancos centrales, gracias al buen comportamiento de la demanda interna. Especial mención merece la evolución de Portugal, cuyo PIB (1,1 por ciento) ha crecido más que ningún otro de la eurozona.

España, con una contracción del 0,1 por ciento en el mismo periodo, debe subirse cuanto antes al tren del crecimiento apoyándose en el sector exterior, cuya fortaleza ha contribuido con 4 décimas a la moderar la caída del PIB. Se trata de una generosa veta que debe ser explotada insistiendo en la reducción de los costes salariales, una de las claves que explican buena parte de los avances económicos logrados este año.

Las otras dos tareas en las que el Gobierno debe trabajar consisten en reactivar la demanda interna y facilitar la financiación de las pymes.

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