La Sareb ha cerrado su primera gran operación, con la venta al fondo "buitre"norteamericano HIG Capital de 1.000 pisos situados en zonas costeras por los que ingresará 100 millones de euros. Una operación rentable que se materializará a través de la creación de un fondo de activos bancarios, participado en un 49% por la Sareb y por el fondo estadounidense con el porcentaje restante. La estructura de la operación parece buena, pero obliga a la Sareb a seguir ligada al paquete de activos tóxicos hasta que concluya su enajenación. De cara a futuras colocaciones de activos tiene sentido no sólo perseguir la mayor rentabilidad posible, sino también desligarse por completo de los pisos para elevar la confianza en el sector inmobiliario.
