El hombre más rico del mundo, Carlos Slim, propietario de América Móvil, no se ha quedado impasible ante la ofensiva de Telefónica en Alemania. La compañía que dirige César Alierta anunció hace unos días la fusión con E-Plus, filial germana de KPN, compañía participada en un 29,9% por Slim. Esto le supone al magnate mexicano perder su apuesta europea y no está dispuesto a asumir la derrota sin plantear batalla.
Slim amenazó ayer con romper su acuerdo con KPN, lo que abre la vía a que pueda lanzar una OPA sobre la holandesa. Es la forma de frustrar la compra y de que Telefónica no se convierta en el primer operador de Alemania y el segundo de Europa. Igual que sucede al otro lado del Atlántico, Slim no va a dejar un minuto de paz a la multinacional española y las hostilidades que libran allí se trasladan al tablero europeo.
En el último consejo de administración de América Móvil, Slim aseguró que no iba a haber movimientos corporativos, pero el magnate no se resiste al contragolpe. En esta guerra ambas compañías pueden sufrir pérdidas de graves consecuencias. Si Slim consigue frustrar la compra, el negocio y la estrategia de Telefónica -concentrarse en Alemania, Reino Unido y Brasil- sufrirá un duro revés.
Por su parte, América Móvil también puede salir perjudicada si no alcanza su propósito en un momento en que las agencias de rating están castigando a la compañía y, por una vez, parece que son más favorables a la operadora española. Al poner en marcha la operación es lógico que Alierta esperase la reacción de Slim, que tiene el tiempo en contra. Si el magnate deshace su acuerdo con KPN y quiere ser un obstáculo para la apuesta alemana de Telefónica le queda sólo un mes para resolver su opa.