El consorcio de empresas españolas, creado para concursar por el AVE a Brasil, ha perdido su primer asalto al denegar las autoridades cariocas más tiempo para presentar el proyecto. La constitución del consorcio se demoró más de 6 meses por la rivalidad entre Talgo y Caf -querían presentarse por separado-, mientras Fomento presionaba para que lo hicieran juntas. Finalmente, el consorcio se constituyó el 29 de mayo sin Caf y con un plazo muy ajustado para presentar su oferta. A diferencia de lo ocurrido con el Ave a la Meca, han primado las discrepancias -parece que finalmente Caf también va a presentarse- frente al trabajo en equipo, lo que nos resta competitividad y nos arriesga a quedarnos fuera de uno de los proyectos más jugosos del continente.