Los trabajos técnicos, que preceden a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que comienza mañana, prácticamente están cerrados y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) inyectará 100.000 millones a las pymes de la Unión Europea. De esta cantidad, a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) se canalizarán 11.600 millones de euros a las pymes españolas, que se unen a las dos líneas para emprendedores e internacionalización que funcionan actualmente. Según los datos oficiales, las pymes disponían antes del préstamo del BEI de 22.000 millones del ICO, de los que sólo utilizaron 1.500 millones en el primer trimestre. ¿Por qué no fluye ese dinero?
Porque los tipos de interés que conllevan esos préstamos en España rondan el 8,5%. Un dato que marca la diferencia entre la financiación que obtiene una empresa española y una alemana. Aunque ambas operan en países euro, el crédito es mucho más barato para las primeras por la situación diferente de las entidades financieras en ambos países. Los bancos alemanes no han tenido que hacer el ajuste que han hecho los españoles y aprovechan el dinero barato del BCE para facilitar créditos a bajo interés. Los españoles lo destinan a su saneamiento. ¿Qué va a pasar con los 11.600 millones del BEI? Posiblemente lo mismo que con los otros 22.000 millones, porque los préstamos BEI-ICO utilizarán la misma red y requieren las mismas exigencias. Si por el contrario el BCE hubiera intervenido en la financiación de las pymes, estas obtendrían crédito a tipos bajos. Una solución descartada por el rechazo de Alemania, por lo que nuestras pymes seguirán accediendo con dificultad a un crédito que seguirá siendo caro, escaso y selectivo.