El ministro de Economía cree que la crisis alcanzará un punto de inflexión antes del cuarto trimestre del año, gracias al esfuerzo acometido para reducir el déficit público, que se explica en dos terceras partes por el recorte del gasto, no por la subida de impuestos. Una visión parcial de Cristóbal Montoro, que se olvida de la caída experimentada por los costes salariales y de que ha subido 30 impuestos en lo que va de legislatura. Con todo, ahora tiene la oportunidad de recuperar el tiempo perdido y demostrar que la siguiente estación para rebajar el déficit pasa por la reforma de la Administración Pública. Una tarea anunciada, pero que nunca ha llegado a comenzar y que permitirá ahorrar al Estado cerca de 8.000 millones de euros.