Los fondos de inversión vuelven a adquirir velocidad de crucero tras limitarse la rentabilidad de los depósitos al 1,75%. Solo en mayo las suscripciones netas alcanzaron 2.000 millones, un 1,5% más que en abril, mientras el patrimonio acumulado en lo que va de año ha subido un 8,8%, el mayor ritmo desde 2004. Un buen cambio de rumbo para la banca, que deja de dañar sus márgenes y mejora la rentabilidad por las comisiones de gestión. El beneficio también se traslada al cliente que, por la fuerte competencia, obtiene bonificaciones de hasta el 8% por traspasar activos. Su éxito reside en que se han convertido en un refugio frente a las subidas de impuestos, que permite esperar a tributar cuando cambie la política fiscal.