Editoriales

Editorial: El dinero sale de las nacionalizadas

La desconfianza es el peor enemigo de la estabilidad financiera. Algo sobradamente conocido en el sector, pero que en el último año han aprendido rápidamente los ahorradores. Entre los meses de mayo a septiembre -desde que Rato dejó la presidencia de Bankia, hasta que las palabras de Draghi devolvieron la tranquilidad a los mercados y se materializó el rescate- las cuatro entidades que fueron nacionalizadas perdieron 22.000 millones en depósitos. Una cantidad que equivale a algo más de la mitad del rescate recibido por el sector financiero y resta a las nacionalizadas un 2,5% de cuota de mercado.

El dinero de los depósitos huyó en busca de entidades más solventes y el principal beneficiario de este movimiento fue Banco Santander que, según sus propios cálculos, recogió todos los depósitos a plazo, a vista y pagarés que salieron de las nacionalizadas. Un aviso a navegantes que el sector debe de tener en cuenta, porque los inversores no van a olvidar ni el susto, ni el disgusto que posteriormente se dieron muchos de ellos por el dinero que han perdido. Tampoco olvidan que el desastre de las cajas de ahorros fue producto de los abusos cometidos en el sector y de que los intereses políticos se inmiscuyeran en la actividad financiera.

A partir de ahora las entidades deben tener en cuenta que sus clientes han elevado su nivel de exigencia, no van a aceptar consejos sobre productos de inversión si los riesgos, condiciones y requisitos no están meridianamente claros. Además hay que exigir un control riguroso de las entidades y que funcionen las instituciones encargadas de velar por el buen funcionamiento del sector y la transparencia del mercado, que en su día fallaron de forma estrepitosa.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky