Poco a poco se van conociendo nuevos datos que ponen en tela de juicio la gestión desarrollada por el presidente de Pescanova. A la deuda oculta del grupo pesquero, que en los próximos días deberá aflorar sin más dilación para poder cerrar las cuentas correspondientes a 2012, Manuel Fernánez de Sousa acumula otra paralela en sus firmas patrimoniales, cuya cuantía asciende a 55 millones de euros. La existencia de este pasivo y el desplome de la sociedad en bolsa (se han esfumado 330 millones en capitalización desde la petición del preconcurso), explican las dificultades para pagar los créditos y la subida de sueldo en el consejo de algunas filiales de hasta un 250%. Una huida hacia ninguna parte, que está a punto de llegar a su fin.