La industria farmacéutica está a caballo entre la preocupación y la incredulidad ante la nueva orden de precios de referencia de los medicamentos que ha elaborado Sanidad, con la que aspira a ahorrar 396 millones. La disposición lleva al límite la política de precios aprobada en abril de 2012, eliminando el importe mínimo de 2 euros. La rebaja es tal que los precios de un gran número de medicamentos quedan incluso por debajo del euro. Sucede con sueros, agua estéril o lágrimas artificiales, que pasan a valer un céntimo a precio de laboratorio, sin tener en cuenta el margen del distribuidor, la farmacia y los impuestos. Ahorrar en gasto farmacéutico es una obligación, pero ahogar la viabilidad de algunos productos resulta dañino para una industria que podría dejar de fabricarlos.