Bruselas, con el apoyo unánime de todos los países de la UE, ha decidido sancionar con 561 millones a Microsoft por abuso de posición dominante, tras incumplir su compromiso de ofrecer navegadores alternativos al Explorer. No extraña este consenso contra la multinacional por el malestar que generan en Europa sus prácticas de ingeniería fiscal y contra la competencia. La multa, la cuarta que recibe desde 2004, ha sido rebajada por la actitud "constructiva" de la compañía, temerosa de que las autoridades de competencia de EEUU y Japón sigan el ejemplo y apliquen castigos igualmente severos. Microsoft debe aprender a convivir respetando las reglas de juego, sin erosionar las cuentas de resultados de las firmas competidoras.
