La Comunidad Valenciana cerró 2012 con un remanente de tesorería negativo de 3.200 millones. Un dato que constata la asfixia económica de esta comunidad. El déficit que presenta la Generalitat en su liquidación del presupuesto es peor que el 3,45% aprobado por Hacienda y se eleva hasta el 6,2%, al haber gastado 6.200 millones más de lo que ingresó. Valencia vive una situación límite, que se mantiene con la respiración asistida del Estado, pero sin que se tomen medidas suficientes para solucionar el problema. La deuda a proveedores sigue engordando y no se acomete el cierre de servicios que no se pueden prestar o, como el caso de la televisión autonómica, son prescindibles. Lo peor es que Hacienda no interviene para solucionarlo.