Editoriales

Editorial: Rajoy pronunció un discurso realista en la buena dirección

Mariano Rajoy acertó ayer en su discurso del Estado de la Nación al no caer en la tentación de presentar un panorama optimista y alentar vanas esperanzas de que lo peor ya ha pasado. Cierto es que todavía queda mucho camino por recorrer y desgraciadamente aún no hemos tocado suelo, aunque todo parece indicar que 2013 será el año que marque el punto de inflexión para empezar a dejar atrás la crisis.

Ello no debe hacernos perder de vista que el paro, el problema más grave, seguirá aumentando en los próximos meses. La diferencia es que, usando las palabras del presidente del Gobierno en su intervención ante la Cámara, "hoy tenemos un futuro que hace un año no teníamos".

Este primer debate del estado de la nación de Rajoy como presidente se iniciaba con todo el viento en contra del Gobierno y suponía para el inquilino de La Moncloa un importante desafío, que superó con una buena dosis de realismo y el anuncio de medidas de estímulo y de lucha contra la corrupción.

El mundo empresarial ha recibido satisfecho la noticia de la inyección de 45.000 millones a la economía a través de distintas actuaciones. La mayor parte -32.000 millones del ICO y la banca saneada- se destinan a créditos a las pymes, necesarios para que las empresas que han salvado la crisis puedan empezar a crecer y crear empleo. También destaca la implantación del IVA de caja -no se ingresa el impuesto en Hacienda hasta que se cobra la factura- a partir de 2014, del que se beneficiarán 2.300.000 pymes y autónomos.

Este incentivo a las empresas se complementa con el que se da a la contratación de jóvenes, con una tarifa plana de 50 euros de cotización durante seis meses y la posibilidad de compatibilizar la prestación por desempleo con el inicio de una actividad por cuenta propia. El conjunto de actuaciones, que son adecuadas, no deben hacer olvidar la necesidad de acometer reformas estructurales todavía pendientes. Es el caso del sector público, reforma tributaria, pensiones o mercado, que Rajoy apenas mencionó durante su intervención, aunque son fundamentales para salir adecuadamente de la crisis.

Los mercados acogieron con una bajada de la prima a 353 puntos básicos el anuncio del presidente de que España cerró 2012 con un déficit inferior al 7%. A pesar de haber rebasado el compromiso del 6,3%, los inversores dan por aceptado el 7%, dada la recesión tan profunda en que se ha tenido que acometer el ajuste de las cuentas públicas. Todavía queda mucho hasta alcanzar el 3% que impone Bruselas y, aunque se amplíe el próximo viernes el plazo para conseguir este objetivo, el camino está plagado de sacrificios.

En 2013 persistirán las dificultades en la Seguridad Social y en algunas CCAA y no se podrá seguir aplazando pagos como en 2012, ni se ingresará la parte del Impuesto sobre Sociedades que se adelantó el año pasado. Aún así, Rajoy considera que "la peor amenaza (rescate) se está convirtiendo en recuerdo". Pero la petición de ayuda aliviaría la carga de la deuda y como dijo ayer Standard & Poor's, "ayudaría al éxito de las reformas".

La corrupción también estuvo presente en el debate. Rajoy no mencionó a Bárcenas, ni al problema que el extesorero supone para su partido -recordatorio que corrió a cargo de la oposición-, pero ofreció propuestas y un acuerdo al resto de fuerzas políticas. Igualmente se mostró abierto al diálogo con Cataluña para "hablar de todo" -incluido pacto fiscal- en el marco de la Constitución. El presidente estuvo a la altura de las circunstancias, no esquivó la dureza del momento económico y social y ofreció a la Cámara iniciativas que van en la buena dirección.

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