El déficit comercial se redujo un 33,6% en 2012, fruto del buen comportamiento de las exportaciones -crecieron un 3,8%- y de la caída de las importaciones por el deterioro del consumo. Datos positivos que indican que se ha corregido la desventaja competitiva de la economía española. Las empresas han abierto nuevos mercados, y es notable que nuestras ventas a la UE, en plena recesión, registren el triple de superávit -12.571 millones- que en 2011. Buena muestra de que las reformas hacen efecto y el ajuste de las empresas, aún más. Pero no es el comienzo de la recuperación. Una buena noticia, pero insuficiente cuando queda tanto déficit por reducir, reformas por implementar y una deuda que pesa como una losa sobre el crecimiento.