Los países del G20 debatieron el pasado fin de semana sobre la hipotética guerra de divisas. Hay temor en la UE de que las políticas impulsadas por EEUU y secundadas por Japón para bajar el valor de sus monedas e impulsar el crecimiento, tengan efectos negativos sobre el euro, que se ha empezado a depreciar no por las declaraciones sino por el funcionamiento del mercado. En este contexto no parece que haya peligro de intervencionismo y sí una necesidad de tomar medidas para impulsar el crecimiento económico. Los resultados de la UE en 2012 indican que es una cuestión prioritaria y que no hay que tener miedo, con los bajos niveles de inflación actuales, a concertar políticas monetarias con tipos aún más bajos que ayuden a las exportaciones.