CEOE analizó ayer la posición en que queda Arturo Fernández, vicepresidente primero de la patronal, tras ser acusado por trabajadores de su cadena de restaurantes de pagarles en negro una parte del salario. Aunque este tipo de prácticas, difícil de demostrar, parece bastante extendido en el sector, no tiene ninguna justificación. A los empresarios se les debe exigir un comportamiento ejemplar, sobre todo si, como Fernández, representan al colectivo. Por este motivo el sector de industrias químicas y la patronal vasca pidieron directamente que el empresario madrileño abandone su cargo. CEOE, después de lo sucedido con Díaz Ferrán, no puede permitirse la mínima sombra de duda. El tiempo de reflexión que ayer pidió Fernández debe ser la antesala de su dimisión.