La patronal Foment del Treball convocó ayer a los empresarios catalanes para aunar esfuerzos y poner en valor el trabajo que realizan los emprendedores de esta autonomía. El lema de la convocatoria: "Vamos a trabajar", no gustó a Pimec ni a las Cámaras de Comercio, que lo interpretaron como una llamada a dejar el soberanismo en un segundo plano y a ocuparse de los problemas que afectan el día a día de los ciudadanos y constituyen su principal preocupación. Para manifestar su rechazo, Pimec, que se financia de la Generalitat, no acudió a la cita. No tiene justificación que una patronal que dice representar al sector de las pymes, el más golpeado por la crisis, anteponga los intereses políticos a las preocupaciones de sus representados.
